puff...
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    =)
    !
     

    12.1.04

    ¿Alguien puede decirme cómo suena un semáforo para ciegos? Hablo de la atención que se le presta a ese pequeño aparato que en señaladas esquinas se puede encontrar.
    Realmente no sé cuándo fueron puestos en vigencia, o quién los puso... pero puedo intuir que esa persona no tenía idea de lo que estaba haciendo.
    Buenos Aires es una ciudad que si algo posee es ruido. Llevar a sus calles un artefacto ruidoso proporcionaría aún más caos. Lo cierto es que están y se confunden con alguna alarma o relojes despertadores en puestos ambulantes.
    Al implementarlos se "sacaron" un problema de encima. En mi opinión, no hicieron más que empeorarlo.

    Muchos de nosotros hemos ayudado a cieguitos a cruzar una calle, los hemos visto pispear senderos y hasta pudimos explicarles algo que veíamos.
    "Cada habitante tiene los mismos derechos y libertades, siempre y cuando haga nada por corromperlo".

    Ok. Los ciegos corrían un grave peligro: no saber cuándo cruzar la calle. Esto les llevaba a pedir ayuda a alguna persona que pasara por ahí, lo que genera una dependencia extrema.
    Partamos de que son personas normales, con familia, amigos, ocupaciones y horarios a cumplir. Cuando no contaban con estos semáforos podían llegar a estar varios minutos esperando por cruzar una calle y corría un mayor riesgo su vida.
    Antes estaban condenados [de alguna manera] a quedarse en sus casas y salir con compañía asegurada. Pero alguien pensó en ellos, alguien se preocupó por su bienestar, seguridad y por que no se sientieran excluídos de la sociedad. Para esto instalaron 13 semáforos en toda la ciudad. Acto hermoso, no?
    Hablamos de igualdades, pero con 13 semáforos... hasta dónde puede llegar una persona? Acaso no puede ir al centro y pasear? O vivir en Palermo y caminar hasta Cabildo?
    Además, con qué criterio instalaron los semáforos en esas esquinas? Acaso encuestaron a los habitantes ciegos para llegar a un acuerdo? Y si sólo se contaba con presupuesto para esos pocos semáforos, no es peor el remedio que la enfermedad?

    Las esquinas seleccionadas para dichos semáforos parecen haberlo sido azarozamente. No hay dos cuadras seguidas en que se encuentren semáforos de ciegos. Si un ciego quisiera ir de Córdoba y Pellegrini hasta Tucumán no podría llegar sin la ayuda con la que contaba antes de estos aparatos dispensables: la gente.
    Digamos que las autoridades elaboraron un plan para la colocación de los mismos. No pudieron basarse en la cantidad de tráfico, ni en avenidas ni en circulación de gente.
    Cada calle es un mundo de autos, en cada una se repite el constante peligro. En todo caso hasta me parece más peligrosa una calle en donde pasa un auto cada tanto.

    Volviendo a la indignación que sentiría una persona que si en pos de ser ayudada es perjudicada aún más, ahora no sólo están condicionados a los lugares que transitan por la buena voluntad de la gente, sino por esos aparatos malditos que están donde menos se los necesita.

    ¿Hasta qué punto es más importante el no colmar [si esto es aún posible] a la ciudad de ruidos molestos que la vida de un ciego? El riesgo que corre un ciego apurado es inversamente proporcional al interés que muestran las autoridades por salvarlo.

    Se me ocurren algunas posibles soluciones.
    La primera representaría al mundo ideal: establecerlos en cada esquina. Pero sé de la imposibilidad de esto, de hecho ni semáforos comunes hay en cada una. No funcionaría, además no hay tantos ciegos que justifiquen semejante acción.
    Otra es la de la creación de una ciudad exclusiva: si bien los 13 semáforos son pocos, hablo de agrupar a la gente. Supongamos una ciudad de 5 cuadras a la redonda. Necesitaríamos algunos semáforos más, pero habría seguridad. Seamos realistas: si bien un ciego tiene derecho de ir a Tigre, podríamos construirles un "Tigre" en su ciudad y ellos optar por ir allí, en donde llegarían sin peligro alguno. Incluso se podría incursionar en el desarrollo de herramientas para personas con esta discapacidad. Por ejemplo: en los shoppings de esta "Ciudad Ideal" habrían publicidades que hablen y marquen caminos.
    En ella las personas se sentirían bien porque pueden explorar su independencia, trabajarían, vivirían... serían felices. Claro que si alguno quisiera salir podría hacerlo, o si no se adaptara... pero eso sí, deberá aceptar las condiciones en las que vive hoy en día. Podrá ir a Tigre, Belgrano y San Telmo, pero a expensas propias.
    La otra es dejarlo todo como está: pocos semáforos y dispersos, gente corriendo sin tiempo, vehículos duplicando velocidades máximas... en fin. El caos conocido, ese en donde unos semáforos más harían todo demasiado confuso, pero en donde unos menos no harían diferencia.